Creando Relaciones Saludables

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Un espacio de juego, movimiento y comunicación, es un espacio donde los niños y los padres puedan moverse a su propio ritmo. En un ambiente  de respeto y  de confianza, cada niño puede ser como es. Puede moverse en libertad, siguiendo el propio hilo, el propio impulso y a su propio ritmo, siendo así protagonista de su propio desarrollo.Cuando el niño puede moverse en libertad, cuando puede estar activo de manera espontánea, el niño va descubriendo y conociendo su propio cuerpo y el mundo a la vez. Descubre sus manos, que al principio no sabe que son suyas, pero que le reportan un sin fin de sensaciones y experiencias.Así va descubriendo su propio cuerpo, sensaciones nuevas, cuando se mueve, que le van ayudando a reconocerse, a conocer sus posibilidades, sus límites y cómo ir traspasándolos midiendo el riesgo, de forma segura. Conoce el mundo y las leyes de gravedad, de equilibrio, distintas sensaciones le informan de la dureza, suavidad, colores, formas, texturas, olores, sabores, del mundo externo.Emprendiendo su camino de ubicarse y encontrar su lugar en el mundo. El niño siguiendo su propio discurso, su propio hilo interno, viviendo en primera persona, va responsabilizándose de sí mismo en la medida de sus posibilidades y va desarrollando su propia competencia.

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A la vez el niño que viene abierto y entregado al mundo, con total confianza y dependiente de nuestro cuidado, no puede hacer ésto totalmente sólo.Necesita de nosotros, de nuestro cuidado y protección.

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Para que el niño desee moverse, desee explorar su mundo circundante, necesita la seguridad del vínculo seguro, de la confianza de que no está solo , que es amado. Esta confianza surge de la primera relación, la relación con su madre y su padre. Y es una relación que parte del cuerpo y para el cuerpo. La primera seguridad que el niño necesita es la seguridad física y corporal, es desde los brazos que el niño emprende su camino al mundo. Es en los brazos dónde el niño percibe seguridad o no. A través de ese primer diálogo corporal, llamado acople tónico, el niño se siente acogido, contenido y en definitiva amado. 

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Estos dos aspectos son los que trabajamos en un grupo de juego, movimiento y comunicación. De forma muy significativa en un grupo con padres y madres con bebés en el primer año de vida.